sábado, 8 de febrero de 2014

Ante el divorcio

A casa de un sabio llegó un esposo agobiado, que estaba pasando por un momento de crisis con su pareja.
Buscaba un último consejo pues ya casi estaba decidido a separarse de ella.
El sabio lo escuchó atentamente, después le miró a los ojos y solamente le dio una palabra:
- Ámela.
Desconcertado replicó:
- Pero es que.... ya no siento nada por ella.
- Ámela, repuso el sabio.
Y ante la creciente desorientación del hombre, después de un oportuno silencio, el sabio añadió:
- Amar es,  entre otras cosas,  una decisión,  amar es dedicación y entrega,  amar es sembrar y el fruto de esa acción es el amor.  Amar es un ejercicio de jardinería:  arranque lo que hace daño,  prepare el terreno,  siembre amor,  sea paciente,  riegue y cuide;  y además esté preparado,  porque habrá plagas, sequías,  o excesos de lluvia,  mas no por ello avandone su jardín.  Ame a su pareja;  es decir,  que la acepte,  la valore,   la respete, le de afecto y ternura,  la admire y la comprenda, eso es todo. Ámela.

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