lunes, 27 de agosto de 2012

La mariposa


Un hombre encontró el capullo de una mariposa, 

se sentó y observó cómo la mariposa luchaba 
para poder salir de ese capullo que la tenía 
oprimida.



Observaba las dificultades que tenía, y cómo se esforzaba tratando de que su cuerpo pasase a través de aquel pequeño agujerito.


El hombre sufría al verla y decidió, en su bondad, ayudarla; para ello tomó una tijera y cortó el resto del capullo.
La mariposa salió entonces fácilmente, pero tenía el cuerpo hinchado y las alas pequeñas.
El esperó que las alas se agrandasen y que el cuerpo se llegase a contraer, pero nada de eso ocurrió, la mariposa nunca fue capaz de volar.
Aquel hombre no comprendió, a pesar de su gentileza, que el obstáculo del capullo y el esfuerzo de la mariposa es el modo que tiene la naturaleza para fortalecer la
condición de volar de las mariposas.
Algo parecido sucede a veces en las personas, 
nos empeñamos en quitar todo esfuerzo y sufrimiento, sin pensar que son necesarios 
para fortalecernos, para volar, 
para no volvernos inválidos.

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