martes, 5 de julio de 2011

Los lirios


-No entiendo a la gente, algunas llegan a quitarme la paz; se quejaba el discípulo a su maestro.
- Pues vive como los lirios, le aconsejo el maestro.
- ¿Y cómo viven los lirios?, preguntó con curiosidad el discípulo.
- Pon atención a esos, continuó el maestro, señalando unos lirios que crecían en el jardín.
- Ellos, prosiguió, nacen en el estiércol, sin embargo son puros y perfumados.
del estiércol maloliente extraen todo aquello que les es útil y saludable, pero no permiten que lo agrio de la tierra manche la frescura de sus pétalos.
Es justo angustiarse con las propias culpas, pero no es sabio permitir que los vicios de los demás te incomoden.
Dices que algunas personas hablan demasiado, otras son ignorantes, algunas son indiferentes, dices que sientes odio por aquellas que son mentirosas y sufres con aquellas que calumnian.
Los defectos de ellos, son de ellos y no tuyos, y si no son tuyos no hay motivo para molestarse.
Ejercita, pues, la virtud de rechazar todo el mal que viene desde fuera, esto
es vivir como los lirios.

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