viernes, 17 de agosto de 2012

Lo merecido

   
Era una dama muy rica, había vivido siempre de una manera opulenta, pero la generosidad no era una de sus virtudes, más bien era conocida como una señora
bastante tacaña.
Como vivía sola tenía a su servicio una criada y un chófer siempre fieles y cumplidores en su respectivos trabajos.
El chófer era ya mayor y un día murió y subió al cielo.
Poco tiempo después murió la señora y también subió al cielo. San Pedro la recibió y marchó con ella para mostrarle su nuevo hospedaje.
El, según iban caminando, le mostró una hermosa vivienda y le dijo:
- Mire, esta es la mansión de su chófer.
- ¡Caramba!, exclamó ella, y pensó para sí:
"Si esta es la casa de mi chófer, cómo será la mía".
- Esta es la suya, le indicó San Pedro, mostrándole una choza elaborada con unas cuantas ramas de árbol.
- Imposible. ¡Yo no puedo vivir aquí!,replicó la anciana.
A lo que San Pedro repuso:
- Lo siento, señora, pero es todo lo que  hemos podido ir haciendo con los materiales que usted nos ha ido enviando.


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